viernes, julio 28, 2006

La diversidad sexual en la cultura de la culpa

Fuente: http://www.enredando.org.ar/noticias_desarrollo.shtml?x=30136


Uno de los fuertes de la lucha lésbica es echar por tierra la invisibilidad institucionalizada con la que cargan todos los días. Social y culturalmente se niega, en general, la existencia de las mujeres lesbianas, imposibilitándoles una vida libre de prejuicios y miradas censuradoras.

Es martes a la tarde, el séptimo mes del año se está terminando, el invierno quedó escondido y nos cuesta asimilar los 27 grados de calor y la pesada humedad que no son disimulados en la transitada Rosario. Son cerca de las 18, nos encontramos en el macrocentro, Balcarce 357, donde como cada martes a esta hora las chicas del grupo lésbico Las Safinas se reúnen en la casa de Indeso Mujer para charlar y compartir un espacio de encuentro. enREDando se sumó a la reunión para conocer más en profundidad la historia de la agrupación y la lucha que llevan adelante desde fines de 2003.
En Rosario no hay antecedentes de grupos conformados exclusivamente por mujeres lesbianas. "Con el retorno de la democracia existió el Movimiento de Liberación Homosexual (MLH), luego Colectivo Arco Iris, le siguió Vox, en estos grupos las mujeres tienen un lugar importante pero son espacios conducidos por varones", relata Natalia. "Nosotras nacimos del Encuentro de Mujeres, nos identificamos dentro de este movimiento, somos mujeres lesbianas", dice Eugenia y Natalia resalta la necesidad de hacer la experiencia grupal y de no subordinarse al colectivo de los varones como ha sucedido históricamente. "Nuestra intención es buscar los puntos en común, no romper, integrar en la medida que se pueda. Durante muchos años el único espacio que teníamos las lesbianas para discutir y saber de nosotras fue el Encuentro de Mujeres. De hecho las lesbianas para relacionarnos tenemos muy pocos espacios políticos y sociales en general", desarrolla Natalia.
En el taller de Lesbianismo del Encuentro Nacional de Mujeres en el 2003 decidieron empezar a juntarse con cierta frecuencia y delinear objetivos: eran chicas de Rosario y de Villa Constitución. Recientemente se constituyó el Espacio de Articulación Lésbica (EspArtiLes). Las Safinas trabajan en conjunto con otras organizaciones en dicho espacio y ahora están desarrollando la campaña "Cambiemos las preguntas", intentando modificar actitudes y prácticas de la salud relativas a la atención ginecológica.





"Estamos debajo de las piedras"

La metáfora de Natalia expresa gran parte del padecer de las lesbianas. Ella se refiere a lo mucho que les cuesta juntarse, convocar a demás compañeras, mostrarse en espacios públicos. La frase ilustra las dificultades que atraviesan en la militancia y como grupo. "Nosotras mismas en el fondo fuimos aprendiendo en una cultura de la culpa, de lo que sentimos o de lo que nos pasa y de alguna forma lo proyectamos sobre los que tenemos más cerca", dice Eugenia. "Toda la vida hemos aprendido a escondernos, nos cuesta mucho revertir eso. Históricamente fue así, siempre a la mujer le cuesta más porque tiene que reaprender a salir, a pelearla en lo social, a discutir, algo que cultural y naturalmente no se enseña. Desde chicas se nos enseña a ser mamás, a quedarnos en casa. Las lesbianas tenemos esta doble condición de escondernos, por una cuestión personal y de protección, tratamos siempre de pasar desapercibidas", reflexiona Eugenia y aproxima un panorama de lo que viven a diario.
Las Safinas se proponen ser independientes, tener su identidad, intentando no repetir la nociva invisibilidad tanto hacia adentro como en las relaciones externas. La agrupación también forma parte de MAR, Mujeres Autoconvocadas de Rosario, como numerosas organizaciones que se enmarcan en ese espacio integrador. "Estando en MAR sentimos que tenemos un lugar importante. Esto se fue dando a través de un proceso con presencia activa y participación, son cuestiones ganadas con la lucha", opina Eugenia y agrega: "Cuando nos hicimos presente en el Área de la Mujer municipal tuvimos respuesta, nos dieron un subsidio para una actividad puntual. El reconocimiento fue social y económico, nos recibieron de buena manera y creo que eso tiene que ver con formar parte del MAR y también porque la municipalidad tiene una actitud abierta a la diversidad".
Como en otros grupos, aparece la dificultad del sostenimiento de un núcleo estable de personas. Las Safinas fueron atravesando distintos momentos y procesos tanto personales como grupales. Le otorgan destacada importancia al fortalecimiento de los vínculos, a las relaciones, el cuidado y la protección mutua, así como al respeto de la palabra. Andrea opina que influye sobremanera a la hora de la militancia la cuestión de la visibilidad. "Por ejemplo en actos públicos más de la mitad de las chicas no puede mostrarse por distintas razones, siempre somos pocas". Natalia acota que el mostrarse públicamente es un poco el paso de una actitud personal a una actitud política. "No sólo tenemos que tomar conciencia del lesbianismo, sino poder sacarlo hacia fuera, a la sociedad, y que eso sea un motivo de lucha". En medio de la charla las chicas no olvidan agradecer a Indeso Mujer que en todo momento les ha ofrecido y prestado el lugar para reunirse y programar distintas actividades.
Otro punto importante es cómo llegar a las otras chicas lesbianas, cómo invitarlas a conformar el grupo, este es un objetivo también interceptado por obstáculos. "Tenemos que encontrar la manera, el cómo. Tuvimos una época de esplendor hace dos años, los sábados cada 15 días hacíamos talleres, a veces venían 20 lesbianas, era fantástico, invitábamos por e-mail pero principalmente de manera personal. Hay que considerar como una limitación que somos pocas y tenemos poca capacidad de operación", afirma Natalia.
¿Por qué Safinas? "En Buenos Aires había una feminista que militaba en la organización Católicas por el Derecho a Decidir y las chicas de la Red Informativa de Mujeres de Argentina la conocieron personalmente. La militancia de Safina era feminista, desde los derechos humanos, ella además era lesbiana, murió en el 2003 y en ese año formamos el grupo. Primero jugamos con el nombre Safo, luego elegimos Safinas", historiza Natalia.

Safo la poetisa de la isla de Lesbos

Hace 2500 años Safo, la poetisa de la isla de Lesbos, ubicada en Grecia, expresaba a través de la poesía su amor a las mujeres. Se desconocen datos precisos sobre la vida de Safo, no hay demasiados textos y faltan puntos de referencia para ahondar en la vida de esta mujer. Se estima que nació alrededor de 650 a.c. y su muerte fue cercana al 580 a.c. Platón la denominó "décima musa", ella constituye un punto clave y germen originario del amor lésbico. Safo cantó su amor a las mujeres sin tapujos, haciendo que muchos detractores se hayan referido a ella de forma despectiva a lo largo de los siglos. Durante su vida adoró a la diosa Afrodita, es decir, a la belleza que conjugaba con la música. Las pocas poesías que han logrado sobrevivir desde su muerte, suponen todo un guiño para el colectivo de lesbianas.